me han venido con el cuento
de que en primavera
los pétalos reconstruyen al mundo
que renace con aroma de jazmines
en verano
los campos resplandecen
de sol y trigo
en otoño
los pasos crujen sobre las hojas
y es como caminar sobre caramelo fino
en invierno
los niños
quiebran la gris densidad de los días
con sus manitos de lana roja
yo de esto no se nada
paso mi tiempo sentada
en la estación de la soberbia
esperando el tren de la gloria
sin mover los ojos del andén
Fátima Tavares
2 comentarios:
"paso mi tiempo sentada
en la estación de la soberbia
esperando el tren de la gloria
sin mover los ojos del andén"
que estrofa tan interesante, no?... me hace pensar mucho.
Un beso,
Eli,
El problema es que el tren no llegará nunca porque tú eres el tren. Un gran beso.
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