domingo, marzo 30, 2008

Alarma Tóxica






Existen, según Riso, dos claves para saber si tu resuelve o noviazgo es nocivo para la salud, “una mental, que es cuando empiezas a envidiar a otras parejas y resucitas al primer amor; y la afectiva, empezás a sentirte ansioso, deprimido y aparece ese sentimiento mortal que es el aburrimiento, justo allí la relación se transforma en un teletón”. En ese instante, es recomendable decir la frase mágica: “te amo pero te dejo porque no me convienes”.
Detectar la descomposición amorosa es muy difícil en una sociedad enemiga, que nos implanta creencias irracionales sobre “el amor, uno mismo, la gente, lo social y el futuro”. Ese mandamiento de poner la otra mejilla mientras sonreímos al recibir el siguiente puñetazo es claro signo del envenenamiento cultural que padecemos. El Diccionario de la Real Academia define lo tóxico como un adjetivo “Perteneciente o relativo a un veneno toxina” (http://buscon.rae.es/draeI/).
¿Qué hay más allá?
La titánica propuesta del psicólogo consiste en enganchar la parte afectiva con la racional y hacerlas convivir, “cuando tienes una fantasía erótica y decides disfrazarte de Batman o Batichica y sales a comprar el látigo y las botas, ¿Quién lo hace, el corazón o el cerebro? Es una parte del amor que es pensada. Tú no amas con el corazón, este sirve para bombear sangre, tu amas con el cerebro”, asevera.
En su último best seller, “Los límites del amor”, Riso explica que “el amor completo, el que incluye pasión (eros), amistad (philia) y ternura (ágape), no llega de improviso como un demonio o un ángel que se apodera de nosotros, también existe la voluntad de amar o de no amar. No sólo el amor nos ‘posee’, también lo poseemos a él: nadie es víctima del amor sin su propio consentimiento”. Para el autor, la pasión, la amistad y la ternura tienen que fusionarse mientras juegan, pues si “todo es sentimentalismo es el síndrome de Susanita, es destruir el lóbulo prefrontal que es lo que me hace humano; mientras que si sólo usamos la razón sería un amor administrativo o si es pura compasión sería hacerse cargo del otro como un papá”. Agrega Riso, que él no está irrespetando el amor, sino proponiendo “un amor que subvierte el orden de los amores tradicionales por valores nuevos, yo lo que hago es tocarle el culo al amor”.
Entre los valores que están por encima del discurso amoroso, según el terapeuta, pueden mencionarse, “a veces la justicia, la valentía, la libertad, la dignidad. Es mentira que el amor lo puede todo y lo peor es que ahora tenemos que lidiar con el amor en quinta dimensión, con esa moda de la nueva era que nos impone almas gemelas. No solamente es aquí sino que es a través de toda la eternidad y para siempre, ¡qué pesadilla!”.

Un mundo 50% infiel
En un mundo liofilizado y erotizado la fidelidad en estado puro, la del tipo “no me gusta más nadie sino tú”, es una utopía inalcanzable. El hecho que un 50% de las parejas sean infieles evidencia que la tentación anda por allí y quizá por eso Ovidio afirma que “el amor odia a los inactivos”. Para Riso, la fidelidad debe entenderse como autocontrol y como evitación a tiempo, no como falta de deseo. Según el psicólogo, investigadores de la neurociencia actual coinciden en que el amor dura, como máximo, 24 meses, que es el tiempo en el cual el niño se puede desprender de la madre. Así, es recomendable vivir con la pasión al máximo, pero deben tenerse a mano las cartas de la ternura y la amistad que permiten “desear lo que tengo”.

En paralelo, hay que iniciar un cambio de valores, “uno tiene que hacerse cargo de sí mismo, eso se llama autoeficacia, Hay que empezar a desarrollar la autonomía, la independencia en eventos como ir solos a un cine o a un restaurante, y tener en cuenta que las personas que tienen un sentido de vida se apegan menos a otros, aunque a veces se apegan a Dios”. Asimismo, no deben atravesarse los límites del amor hacia lo autodestructivo, ni dejar que se vulneren los principios ni se afecte la dignidad, “¡hay que salirse de las relaciones en las cuales se violan los derechos humanos cada cinco minutos!“. El amor, si le hacemos caso a Ovidio y Erich Fromm, es un arte y como tal, “habrá cosas para aprender y desarrollar, habrá un espacio cognitivo”, pero sobre todo, no olvides, las palabras del poeta, “el amor tóxico va y viene / como un columpio enardecido”.

Clichés enemigos
Walter Riso recomienda “incluir las excepciones a la regla en la manera de procesar la información afectiva”. Por ejemplo:
• “El matrimonio es para toda la vida”. (Depende: si todo va bien, probablemente).
• “La separación es un fracaso”. (Depende: en ocasiones separarse puede ser una forma de éxito y liberación).
• “El amor es incondicional”. (Depende: si mi pareja me maltrata, el amor incondicional está contraindicado).
• “Hay que sacrificarse por la pareja”. (Depende: si la exigencia o la necesidad del otro es irracional, la dedicación deja de ser saludable).
• “El amor justifica nuestros actos”. (Depende: si trata de ser infiel o de explotar a la pareja, no justifica nada).
• “El amor todo lo puede”. (Depende: hay amores alfeñiques).
Fuente: Walter Riso. Los límites del amor. Grupo Editorial Normal, 2006. Pág. 158.
Un amuleto:
Pega esta frase de Séneca en tu nevera, computadora, retrovisor o vidrio del baño: “Mientras se espera vivir, la vida pasa”
Un ejercicio
Para saber cómo están las cosas haz el siguiente ejercicio: Toma cuaderno y lápiz y pregúntate por qué no debería amarlo (a) …Si la página permanece en blanco o tiene muy pocas anotaciones todo va bien, pero si la lista es larga el asunto es crítico y la dignidad está en juego.

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